Cuando las personas me preguntan que es la
Mediación, que es un Mediador, y me ocurre esto de manera frecuente, siempre comienzo mi relato contándoles lo que dice el verbo sobre esta acción, pasión o idea: "interponerse entre dos o mas que riñen o contienden, procurando reconciliarlos y unirlos en amistad". Así define el Diccionario de la Real Academia Española al verbo Mediar.
Los mas chicos, sean niños o adolescentes, responden: riñen los gallos. Les digo: las personas también riñen o contienden. Pelean, dicen los mayores. Si. Puede haber gritos, a veces golpes de puño y hasta heridos o muertos. Y para tratar de evitar todo eso estamos nosotros los Mediadores, los que nos ponemos en el medio, si, en el justo medio, y lo primero que les decimos es: "tranquilos, tranquilos,
vamos a conversar".
Pero esto sólo lo debemos hacer si quienes discuten no están alcoholizados, drogados o armados. Si la situación es violenta nos alejamos, tratando de observar, sin que ellos nos perciban, para de esa forma ser testigos del hecho. Ahí no mediamos. Salvo que se trate de una toma de rehenes, pero para eso hay que hacer otra capacitación.
Cuando ya se cansaron y la violencia verbal o física cesó, nos podemos aproximar y repetirles: "tranquilos, vamos a sentarnos a conversar, conversando la gente se entiende", y es ahí cuando procuramos reconciliarlos y unirlos en amistad.
Antes de que apareciera el conflicto en esa relación había consenso, había acuerdo en todo. Ahora no lo hay, está presente el disenso, el desacuerdo, y es así como nacen los conflictos. Y comienzan los alejamientos, las separaciones. Ocurre cotidianamente esto. Generalmente, en la gran mayoría de los casos, causados por "terceros mal intencionados" que mienten, inventan, pergeñan la destrucción de la buena relación. No miden las consecuencias del daño que van a causar. En esto juega un papel importante, el tema de los celos, de la competencia. Debemos estar bien atentos para recibir consejos, pero no debemos encubrir, ni apañar, ni callar. Yo siempre denuncio, porque ahí manda mi "objeción de conciencia". Si al hacer esto causamos un conflicto, ahí seremos "terceros bien intencionados". Además, encubriendo también hacemos mal y sería fomentar un delito.
Ser Honestos es uno de los requisitos para ser Mediador. Aquí vienen a mi memoria las enseñanzas que me dejara grabadas William Ury cuando vino a Buenos Aires en 1992; de su mano comencé a andar estos caminos de la Resolución Pacífica de conflictos. Profesor de la Universidad de Harvard, Antopólogo Doctor, al enseñarnos el "Negociar para Ganar en serio" nos alertó sobre los "ardides sucios". Nos dijo: hay personas que los utilizan y debemos estar preparados para defendernos de ellos. Profesor, genio, aún hoy recuerdo el último ejercicio que nos hizo hacer y al recordarlo siento que mi mente y mi cuerpo corren y corren para llegar bien preparada a la mesa de negociación (y me arreglo la camisa). Al final, en un coqueto sobre negro nos hizo entrega del
"Si, de acuerdo" libro del que es coautor junto a Roger Fisher, sobre, libro y cuaderno de ejercicios que aún conservo.
Años mas tarde este libro se hizo mundialmente conocido como la biblia del mediador. Quiero rendir en este escrito mi mas vivo agradecimiento a Jorge Romero, quien presidía en esos años la Fundación Colloquium, todo un ejemplo de quien valoraba la cultura y por ello nos acercaba a los mejores Profesores de Harvard y elevo una oración en su memoria.
En las Mediaciones no hay "ardides sucios". El poder no entra a la sala. Otro de mis maestros, Gian Piero Turchi, no enseña a través del
Modelo Dialógico aplicado por él a la Mediación para los Estudios de la Universidad de Pádove, en Italia, que la mediación es sanadora. Sana nuestra mente y nuestro cuerpo. Sana, mejora y recompone el tejido social si está dañado. Esta praxis es muy útil, necesaria, imprescindible para reducir los niveles d violencia y eso mejora la salud, esta práctica también jemora la salud social, "no meramente en términos de presencia/ausencia de enfermedad, sino en los términos de una condición de Bienestar que comprende también la esfera psicológica y social, una dimensión que va mas allá de aquella estrechamente sanitaria." (Para un cambio paradigmático en la psicología de la salud - Gian Pedro Turchi, Claudia de la Torre y Simona Fanelli).
La mediación es un técnica antiquísima. En ella convergen múltiples ciencias. No nació como dicen y escriben algunos en la década del 70 ni en 1960. Debemos volver la vista atrás y sabremos donde nació. La Mediación es Bíblica, está en el Primer y Segundo Testamento. Es Bíblica con mayúscula. No nació en Harvard. Allí se la aggiornó, se la decoró: Negar esto es negar la Teología, la Filosofía, la Lógica. Y ¿porqué hacerlo? ¿para favorecer a quiénes? Es una antiquísima Ciencia, que llevada a la praxis por nosotros, los mediadores, al aplicarla la resumimos en una secuencia. Así la podemos presentar como una
"secuencia cooperativa en el que nosotros los terceros imparciales facilitamos la comunicación entre las partes para que éstas, en forma colaborativa, logren un acuerdo mutuamente ventajoso". [Cuaderno de JusAl (Justicia Alternativa)].
Secuencia porque tiene una apertura y un cierre, o un comienzo y un final. Cooperativa, porque todos somos socios, ninguno está por arriba o debajo del otro. El poder no existe en la mediación. No hay jefes, ni subalternos, gerentes ni directores. Todos ganamos por igual. Y nosotros, los mediadores somos terceros, porque no somos parte del conflicto. Siempre trabajamos en equipo, y ahí nos presentamos, y le decimos por ej. él el Alejandro Nató y yo soy Cecilia Iosa, no anteponemos nuestra profesión de base. Sólo nombre y apellido. Somos imparciales porque no estamos ni con uno, ni con otro (aunque en realidad estamos con los dos). Ustedes deben colaborar para que juntos encontremos la solución. Nosotros somos solo eso, "facilitadores de la comunicación". Aquí trabajaremos para el ganar ganar, no habrá perdedores, ni vencedores, ni vencidos.
Una vez presentada la mediación y presentados nosotros, los mediadores, les hablamos de la confidencialidad, les pedimos nos firmen el convenio, se lo leermos, les explicamos que nada de lo que aquí se dice podemos repetir afuera, por eso es que debemos firmarlo todos, ellos y nosotros. }
Recuerdo ahora una mediación realizada en la provincia de Córdoba en un centro extrajudicial público. No podíamos convencer a los "mediados" de que firmen el convenio para poder comenzar, ya se estaba alterando mi comediador y digo mi comediador porque en Córdoba somos comediadores trabajando juntos, la comediación es obligatoria, ambos salimos por sorteo, no tenemos equipos armados previamente. Debemos mediar con quien nos toca por bolillero. No hay un mediador y un comediador como en otras provincias, por ejemplo Tucumán, Salta, Santiago y otras.
Las partes no querían leer, ni que les leamos nuevamente porque sus abogados le habían aconsejado no firmar nada, bueno, dice mi comediador, vamos a tener que dar por cerrada la mediación porque si no firman no podemos comenzar y busca el acta de cierre. Entonces yo les digo: quiere decir que es secreto, sí, secreto. Si yo te cuento algo al oído y tú me prometes no repetir, no lo harías ¿verdad? asienten con la cabeza. Bueno, confidencial quiere decir eso: secreto. Ahí firmaron todos inmediatamente y comenzaron a destensionarse. Qué bueno, así todo es mas facil. Lograron el Acuerdo en los 45 minutos siguientes. Y digo lograron porque el acuerdo es propiedad de las partes. Antes del acuerdo tuvieron su espacio para decirse lo que sentían, lo que necesitan, lo que esperaban, lo que deseaban. Hicieron la catarsis hasta yo dejé caer una lágrima y fue cuando ellos se dijeron lo mucho que se amaban y una de las partes no entendía el porqué si se amaban ella también estaba citada allí. Nosotros, los comediadores, les damos siempre el espacio para que hagan la catarsis. Después nos hicimos un largo café.
Cuando relato esto de la comediación, nadie entiende bien (me pasó hace unos días con mi amigo Juan). Comediar ¿qué quiere decir eso? ¿que comedian? Les respondo sí, es como una Comedia, de ahí viene comedia, comos muchos los actores, ese depende de cada caso, y es así como podemos ser cuatro, seis, ocho, o un nutrido elenco. Ellos, los mediados, son los actores protagónicos, los que siempre ganan, los personajes, los que aparecen primeros como en las películas, o en las novelas y nosotros, los mediadores, somos los actores de reparto. Acompañamos, rellenamos, estamos ahí, pero importantes son ellos. Si no están presentes todos no podemos comenzar. Cuando hablo de un nutrido elenco, estoy hablando de Mediación Comunitaria. Y en esto el Especialista, uno de los líderes en Latinoamérica y Europa, con libros publicados sobre el tema, conocido y consultado, es el Doctor Alejandro Nató. Viaja permanentemente de un extremo a otro pacificando y enseñando a pacificar. La Mediación como la Democracia, se basa en el consenso y el diálogo. Por ello, la conocemos como la mas democrática de las formas de Resolución de Conflictos. Además cada equipo de mediación es absolutamente libre para realizar cambios, no hay una regla, una fórmula que debamos aplicar, si o sí. Es libertad absoluta, de conciencia, para hacer siempre todo el bien que podamos, claro está.
Los mediadores trabajamos con personas, no con computadoras, ni con robots. Todas las personas somos diferentes. Ninguno de mis cinco hermanos tiene exactamente el mismo ADN que yo, ni yo el de ellos. Así como somos diferentes las personas, son diferentes las mediaciones.
La mediación es un cambio de cultura. Es devolverle al conflicto a los causantes, para que entre ellos lo resuelvan. Si los acompañamos lo hacen y muy bien.
Para mediar ponemos el alma y el cuerpo, primero el alma, ese pedacito de alma que nos hace común, nos hermana con ese/esos desconocidos
... continuará ...
Fuente: Diario El Tribuno de Tucumán, Miércoles 25 de Abril de 2012, notas Locales, página 9
